martes, 5 de agosto de 2014

El camino

Todo pasa por alguna razón, ¿no?
Todos tenemos un camino por recorrer, hay varios senderos, varios paisajes, una diversidad de maravillas en el camino personal aunque algún obstáculo que otro irá apareciendo y de ellos podemos aprender algo, siempre.

Un día estás en una charla muy interesante sumergida entre risas e hipnotizada por su sonrisa, su gran energía positiva, su mirada y de nuevo más carcajadas. Por un par de horas el mundo ha parado todos sus relojes y con el final del café termina ese momento. El tiempo es oro y reír sin parar es una fortuna.

Otro día sigues hablando con alguien que la vida te ha alejado a unos cuantos km de distancia pero sientes que está más cerca de lo que realmente es. Ríes de una manera diferente pero también ríes. Reflexiones sobre la vida muy interesantes que llegan a su final con el fin de una batería.

Todo va y todo viene.
Nos cruzamos en el camino de las personas por alguna razón y con ellas y de ellas aprendemos de lo bueno y de lo no tan bueno que vivimos mientras que están presentes. En el camino también nos encontraremos a personas espectaculares que creíamos desaparecidas en otro mundo pero que todavía existen aunque muy pocas.
Tiempo al tiempo y en el momento oportuno algunas personas marcharán por nuestro bien aunque en el presente no seamos capaces de verlo, otras vendrán y te tratarán como deberían de hacer todos, con respeto, con dulzura y te aceptarán por ser tú tal y cómo eres.
El camino tiene varias etapas que poco a poco tenemos que vivir, disfrutar, sentir y dejar a otras personas que vivan, que sientan y que disfruten. Compartir, respetar y ser sincero con ellas pero no manipular ni juzgar por lo que hacen. Para algunos algo difícil de cumplir, para los que lo cumplen es un gran placer tenerlos presentes en el camino.

Una parada, un descanso, un café o una cerveza en el camino, solo o acompañado, un respiro siempre vendrá bien, para pensar, para reflexionar, para meditar. En la playa escuchando las olas del mar, en la montaña escuchando el susurro de los árboles, en la gran ciudad escuchando a sus gentes de alrededor. Aquí o allá, siempre se puede conocer, hay muchos caminos, algunos los podemos visitar, otros ni siquiera pisarlos y finalmente volver al camino personal para poder seguir lo que realmente queremos, perseguir los sueños, tener ilusiones, descubrirnos en el día a día, conocernos un poco mejor...
ser felices.